El marxismo considera que las clases sociales aparecen en las sociedades con división social del trabajo. No todo el mundo trabaja de la misma manera, ni se relaciona del mismo modo con las fuerzas productivas. Con la aparición de la propiedad privada la sociedad se divide en dos grandes grupos o clases: la de las personas que poseen propiedad privada, que son dueñas de los medios de producción (tierras, fábricas, ...) y la de aquellas personas que no son dueñas de dichos medios y sólo disponen de la fuerza de su trabajo para sobrevivir. De este modo, son básicamente dos las clases sociales en toda sociedad que admite la propiedad privada de los medios de producción: la clase explotadora. En función de las peculiaridades del modo de producción de cada sociedad, del modo en que cada sociedad produce bienes, las clases sociales serán distintas.
En el modo de producción capitalista la división social más importante es la que opone a la burguesía y al proletariado.
El factor fundamental que define a una clase es la relación que las personas que en ella se incluyen tienen con los modos de producción, pero, a partir de este factor principal, las clases sociales presentan también otras características: por ejemplo, en “El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte” nos dice Marx que las condiciones económicas determinan “su modo de vivir, sus intereses y su cultura”. Como consecuencia de la existencia de esta fractura en la sociedad, el marxismo es una teoría que destaca el conflicto, el enfrentamiento entre clases sociales (guerra encubierta dice Marx a veces); no es posible la armonía ni la paz social definitiva en las sociedades clasistas, la armonía y la paz social sólo será posible en la sociedad sin clases (comunismo).
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